jueves, 29 de marzo de 2012

Marita Ibañez: CIVITAS



La artista visual Marita Ibañez,  muestra recientes obras que forman parte de su primera individual:  CIVITAS. Texto por: Valeria Quintana Revoredo

El primer proyecto individual de Marita Ibañez nos permite, de modo poco usual, asistir a un momento de joven madurez en la obra de una artista cuyo trabajo constante y agudo en sus exploraciones marca un momento determinante en su producción.

Es prudente en este punto del camino situar sus coordenadas plásticas en una suerte de fusión de medios que se articulan a través de la fotografía, el dibujo, el grabado y el collage digital para emplazar imágenes urbanas que se sintetizan, se desbordan, se entretejen de manera caótica reconstruyéndose una y otra vez a partir del referente mutable limeño y sus múltiples evidencias, sean estas arquitectónicas, históricas, vinculadas a la memoria o a la identidad de quienes usamos y abusamos de Lima.


Si bien la lectura de Ibañez acerca de las particularidades de una ciudad en eterna metamorforsis se amolda a la condición cambiante de su objeto de estudio -habiendo iniciado esta exploración con perspectivas aéreas monocromáticas en las cuales se atisbaba una nueva cartografía para la ciudad; que luego viró hacia el uso de planos frontales acentuados con puntos de color y ricos en superficies plagadas de estratos que evidenciaban la convivencia de siglos de arquitectura, agolpados unos contra otros (tal como se ven en nuestro diario transitar), cuyas dimensiones posteriormente se acrecentaron recurriendo al recorte en madera-; es hacia este momento que el replanteamiento sobre sus propios procesos creativos la conduce a redefinir el carácter bidimensional de sus formatos y a explorar un poco más allá la vasta iconografía arquitectónica que componen sus archivos.



Se percibe en la nueva serie de pequeño formato una economía de elementos que destaca con mayor nitidez ciertas tipologías constructivas reiteradas en una suerte de cuestionamiento formal, donde lo primario de la geometría interroga acerca de la ingenuidad de nuestros modelos arquitectónicos más evidentes.


La bidimensionalidad es cuestionada en las piezas de mayor formato. Mediante el uso de capas recortadas yuxtapuestas, Ibañez da un paso más en las posibilidades de su lenguaje alternando movimiento y volumen en sus paisajes urbanos. Esta nueva condición eleva los niveles lúdicos de su composición, a la par que permite al espectador un nuevo punto de visión antes solo insinuado.
Interviniendo así las superficies de sus obras, Marita Ibañez esboza una nueva línea de reflexión acerca de la ciudad y su particular vinculación con aquel que la observa, la recorre, la modifica, la habita o la abandona.



El desplazamiento, no solo a través de ciudades e identidades sino también a través de procesos históricos y de recuperación de la memoria, se hace evidente en cada pliegue como un intersticio vital desde el cual es posible vislumbrar nuevas lecturas sobre un territorio que se daba por sentado.


Ver más de su obra:


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